Estimados amigos, en mi caso en particular realicé dos circuitos con Europamundo, el CIRCUITO: Península Ibérica en el año 2011 y el CIRCUITO: Sur de Italia y Sicilia con Roma en junio de 2016. Ambos circuitos fueron inolvidables.

 

Covadonga – Asturias / ESPAÑA – FOTO: Rosario

En el CIRCUITO: Península Ibérica conocí rincones maravillosos de la tierra de mis abuelos paternos, lugares que quedarán para siempre grabados en mi retina como el atardecer en Monserrat, las increíbles vistas del mar mediterráneo desde el Castillo de Peñíscola, la puesta de sol en el Albaicín vista desde los jardines de La Alhambra en la bellísima Granada, la majestuosidad de la Catedral de Sevilla, el lujo de Puerto Banús, el Puente Romano de Ronda, las ruinas de Évora, la exclusividad del Triángulo Dorado de Portugal (Estoril, Cascais y Sintra), los hermosos puentes que cruzan el Río Duero en Oporto, en mi humilde opinión la Venecia portuguesa, las Rías de Galicia que pudimos navegar degustando unos deliciosos mejillones con el vino típico de la región a la vez que a través del piso transparente del ferry pudimos ver cómo se los cría. ¿Qué decir de la Catedral de Santiago de Compostela? Y después ciudades y pueblos que desconocía y que resultaron mágicos: O’Cebreiro, Altamira, Santillana del Mar, la bella León con su Catedral gótica, la caminata por la muralla de Lugo y otro lugar increíble fue Covadonga y el camino para llegar a ella a través del Parque Nacional de los Picos de Europa. Uno de los mejores regalos que me hizo el viaje fue bañarme en el Mar Cantábrico, en la playa de La Sardinera de Santander a la luz de la luna llena.

Es difícil resumir en un relato todo lo vivido en esos catorce días de tour. Conformamos un grupo maravilloso, y hoy, después de más de cinco años, aún sigo en contacto con una pareja que conocí en el viaje y nos seguimos riendo de las anécdotas compartidas en la sidrería de Oviedo o el almuerzo en Bilbao o la visita a la majestuosa Catedral de Burgos.

 

No es de sorprender que cinco años más tarde, cuando pude regresar al viejo continente para celebrar mis 45 jóvenes años, los haya vuelto a elegir, esta vez para hacer  el circuito por la tierra de mis abuelos paternos: Roma, Sur de Italia y Sicilia. La Ciudad Eterna es imponente, pero a mí me maravillaron los contrastes de la Isla de Capri, el azul profundo del Mar Tirreno, la piedra de los farallones, los verdes y rojos de los jardines, un lugar mágico. Sicilia superó mi expectativas, Taormina con sus callecitas con Santa Ritas y laurales en flor vestida de rosa, fucsia, lila, Siracusa y Noto son un viaje al barroco, la llegada por la noche al Valle de Templos de Agrigento con la música clásica de fondo me emocionó hasta las lágrimas, Erice me transportó a la Edad Media y todavía me cuesta creer la majestuosidad del interior de la Catedral de Montreale.

 

 

 

En este viaje también hice buenos amigos, con quienes estamos planeando un nuevo viaje al Viejo Continente, esta vez a Viena, Praga y Budapest. Simplemente GRACIAS por todas las experiencias vividas.

Relato de Valeria Salcedo – Viajera Europamundo